sábado, 7 de febrero de 2009

Como es La Paz

Tras cinco días de estancia en la ciudad esta es la crónica retrasada de lo que es esta ciudad, que seguimos conociendo dia a dia. Guillermo, nuestro primo, pasó su infancia y adolescencia en La Paz y se la conoce muy bien. La verdad es que aquí se le ve feliz y como pez en el agua, lo que lo convierte en un guia de excepción.

Es facil entender por qué le gusta La Paz. Esta es una ciudad, ciudad, con su ritmo estresante, tráfico infernal, contaminación y ruido, lo que la hace muy parecida a Madrid, Roma o Atenas, pero con un algo tan propio que la diferencia de todas las demás. El encanto que posee esta ciudad hace que te plantees quedarte aquí a vivir una buena temporada.



Sólo tiene un problema muy serio: al estar la ciudad enclavada en una hondonada, la ciudad sólo tiene cuestas. Pero unas cuestas que puedes flipar. La única referencia que puedes tener es la Avenida Prado, arteria principal de la ciudad que la cruza de extremo a extremo en el fondo de la hondonada. De este modo, si no sabes donde estás, camina hacia abajo y llegará a Prado. La otra referencia es el Illimani, pedazo de montaña nevada que se recorta en el horizonte y que te permite orientarte bastante bien. Pero las malditas cuestas me tienen frito. Eso si, estoy haciendo una de ejercicio...

El centro de la ciudad es vibrante, con un montón de gente moviéndose en todas direcciones, con una ingente cantidad de micros y taxis que te llevaran a casi cualquier sitio que te imagines y que los puedes parar donde quieras, con diarias marchas de protesta bloqueando el Prado y haciendo el tráfico aún más impracticable si cabe.


La ciudad es una mezcla de enormes edificios en la zona de Prado, donde están las oficinas de las grandes empresas, y de casitas de las formas más diversas que conforman una bizarro puzzle de materiales y formas de construción según se encaraman por la ladera de la hondonada.

El transporte público es genial. Los taxis, los paras y le preguntas al colega por cuanto te lleva a tal sitio. Si te gusta lo coges y si no pues pasas y paras otro. El precio es fijo y da igual lo que tardes así que te despreocupas por los atascos. Los precios medios de un taxi para llevarte de un punto a otro del centro suelen ser de 8 bolivianos (Bs) lo que son menos de un euro!!!
Lo de los minibuses, micros y miniminibuses es otro mundo. Los micros son autobuses Dodge antiquísimos tipo los autobuses escolares de las pelis americanas. Los minis y miniminis son furgonetas de entre 7 y 12 plazas (en las que puede llegar a caber 20 personas). Estos transportes tienen cada uno su número de línea pero es imposible conocerse las 8 líneas que deben haber en la ciudad de modo que hay que fijarse en los carteles, con nombres de sitios por los que pasan, que llevan en el parabrisas. Tambien la mayoria de los minibuses llevan un vocero. ¿Que es esto? Pues un colega que asoma la cabeza por la ventanilla y grita cosas como: "Sanpedroterminalayacuchopradounboliviano....." De lo que deduces que pasará por la Plaza de San Pedro, la terminal de buses la calle Ayacucho y acaba en el Prado, todo por un 1 Bs por persona, esi si entiendes que cojones ha dicho.
Los precios oscilan entre 1 y 2 Bs dependiendo del vehículo que cojas y del trayecto, y el concepto de parada no existe. Si tú ves el bus que quieres por la calle lo paras y cuando te quieres bajar, diciendo "jefe, me deja en la esquina" está todo hecho.

Y otra de las maravillas es que puedes comprar de todo por la calle sin entrar en una sola tienda. Todas las calles estas llenas de puestos de cholitas vendiendo comida, de quioscos de periódicos y dulces, de puestos de discos y libros piratas (sí, habeis leido bien, libros piratas), puestos de cosas de higiene personal (champus y geles y esas cosas), material de papeleria, relojes y calculadoras... en fin que de todo. Y cuando pasas por las zonas de puestos de comida como la Plaza de San Francisco y se mezcla el olor a tripa frita con el de la salsa chorrellana y el de las otras 1000 comidas diferentes que te puedes encontrar, es una experiencia religiosa...



También tiene su lado negativo: los niñitos de 6 añitos pidiendo por los restaurantes, los limpiabotas, también niños y adolescentes, intentando sacarse un dinero por todas partes, con la cara tapada como si fuesen el Subcomandante Marcos para no aspirar los vapores de los betunes que utilizan, las cholas cargando con unos fardos enormes a sus espaldas que parece que no pudiese levantarlos ni yo mismo... en fin, es la cara y la cruz de una misma ciudad.

Si sales del centro y te vas a barrios más pudientes como Obrajes o Calacoto es increible el cambio del tipo de vida. Son zonas más residenciales, con tiendas de ropa de marca por las calles, el tráfico es mínimo y la vida es relajada. Merece la pena conocerlo sólo por el contraste. Estás a media hora del centro en micro, pero parece que hayas cogido un avión a otro continente.

En fin, este es un breve resumen de La Paz. Pero habrá más cosas. Hoy nos vamos de la ciudad, pero volveremos en unos 15 días.

0 comentarios:

Publicar un comentario

| Top ↑ |